La Perla de la Torrassa

Hace unas semanas, después de haber cenado de maravilla en El Pràctic, fuimos a la coctelería Tirsa y allí empezamos a hablar con Enric (uno de los barmans). Hablamos un poco de todo, pero básicamente sobre gastronomía, y salió el tema de los restaurantes poco conocidos. Esos bares o restaurantes que, pese a ofrecer auténticas maravillas culinarias, no se encuentran entre los más populares de la ciudad. Siempre he pensado que esos lugares son lo que merece la pena conocer. Y así fue como llegamos a La Perla.

«La Perla es un bar-restaurante ubicado en la calle Holanda, en la Torrassa, donde os comeréis uno de los mejores pulpos de Barcelona» decía Enric. Con esa tarjeta de presentación no nos quedó más remedio que ir a investigar.

«Cuidado con las raciones, son de un tamaño considerable» o «la relación calidad/precio es buenísima» fueron las frases que nos acabaron de convencer. Así que no hemos tardado mucho en desplazarnos hacia allí para poder comprobar lo que nos decía Enric.

La entrada al bar (no hay foto, se me pasó) es de esas que no inspira mucha confianza, pero eso nunca nos ha echado para atrás. Llegamos sobre las 13h y encontramos al dueño limpiando. Por lo que parecía, la noche anterior había sido movidita. El aspecto interior del local no se diferencia mucho del exterior. Una barra donde se amontonaban vasos y platos del día anterior nos daba la bienvenida. Sin embargo, todos estos detalles pierden importancia cuando continúas mirando. Almejas, berberechos frescos, pulpo y alguna cosilla más asomaba por la barra.

Nos sentamos. Le comentamos que nos gustaría probar un poco de todo y que preferíamos medias raciones. Casi antes de empezar a hablar ya teníamos en la mesa una botella de turbio bien fría, con sus correspondientes cuencos.

Riberiro bien frío

Vino turbio, bien frío.

El dueño (una persona bastante inquieta y nerviosa) nos empezó a recomendar algún que otro plato, ya que no había carta, o al menos nosotros no la vimos. Nos decantamos por una fritura variada, unas almejas a la marinera, unos berberechos al vapor y el pulpo (cómo no).

«¿Queréis un poco de pan?» nos comenta. «Sí, gracias.» contestamos.

Llega la fritura. Una buena ración, la verdad. Nos hizo dudar sobre si era media o una entera. Calamares, boquerones y chipirones, todo ello perfectamente cocinado. Una fritura ligera, suave y nada aceitosa.

Bar la Perla

Fritura de pescado.

El pan no viene. Pero sí que llega una buena ración de berberechos al vapor también en su punto exacto y con un sabor espectacular. El vino, sin ser nada del otro mundo, cumple su función.

«¿Queréis un poco de pan? ¿Os corto un poco de pan?» Nos vuelve a decir el dueño.

«Sí, por favor» Contestamos.

Sin noticias del pan. ¡Pero llegan las almejas a la marinera! Otra buena ración, con una salsa muy sabrosa (aquí sí que necesitaremos el pan). En ese momento escucho por tercera vez: ¿Os traigo un poquito de…?

Y llegó el pan!!

Bar La Perla

Almejas a la marinera.

Al ser las raciones de considerable tamaño, ya empezábamos a notar el estómago algo lleno. En ese momento nos llega un platazo de pulpo, con patatas (recién cortadas y fritas) y pimientos de Padrón. Brutal. Buenísimo. Ahora volvemos a acordarnos de Enric, del Tirsa e interiormente le damos las gracias.

Pimientos de Padrón.

Pimientos de Padrón.

El pulpo.

El pulpo.

A estas alturas de la comida, hacemos un pequeño descanso y me pongo a hablar con el dueño. Me comenta que otro día, antes de venir, es conveniente reservar. Por lo visto tiene reservas ya para todo lo que queda de año. También me enseña, con una mezcla de orgullo y nostalgia, una foto suya de hace unos años. Todo un personaje!

El dueño de La Perla.

El dueño de La Perla.

El dueño de La Perla.

El dueño de La Perla.

«¿Queréis unos chupitos?» nos pregunta mientras saca cinco botellas de la nevera. «El de café lo hago yo y está buenísimo». Nos deja las botellas sobre la mesa y nos pregunta si queremos postre. Pedimos Tarta de Santiago, pero sólo una ración.

El licor de café está espectacular, por cierto.

Los chupitos.

Los chupitos.

Tarta de Santiago.

Tarta de Santiago.

Con la tarta nos llega también una especie de vino dulce. Nos explican que es para mojarla. Como nosotros solemos hacer caso a casi todo lo que nos dice el dueño de un local, procedemos. Buenísimo.

En este punto me planteé lo que nos podría costar la comida. Sin precios, andaba algo perdido. Pensé en la calidad del producto y en el volumen de los platos. Tomé como referencia algún restaurante de Barcelona y pensé que la cosa estaría cercana a los 70€. Me puse otro chupito.

Pedimos el café. La verdad es que estaba bastante bueno, aunque algo largo para mi gusto.

Café.

Café.

Pedimos la cuenta. No nos entregan, ni nos enseñan ningún papel, pero nos dice que son 38€. Genial. Hacía tiempo que no me cobraban menos de lo que creía en un restaurante. Salimos muy contentos, ya que nos encanta descubrir lugares nuevos, medio desconocidos, con buen producto.

Un bar con encanto al cual debéis ir si os ha gustado lo que habéis leído aquí. Bar La Perla, calle Holanda 61. Hospitalet de Llobregat. El sitio es muy pequeño, así que se recomienda llamar antes: 93 332 92 94

4 comentarios en “La Perla de la Torrassa

  1. Es un sitio muy pequeño de los que llamo «a los que nunca entrarías». Fuimos una vez, pero imposible quedarse. Gracias por poner el teléfono, así nos aseguramos el tiro!!

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